"Pequeñas orillas a pequeños mares,
pequeño es el juicio del hombre;
porque no todos son de igual hechura,
a medias está toda edad.
Sabio a medias ha de ser cada uno,
nunca sabio en exceso,
pues el alma del sabio rara vez está alegre
si es sabio en demasía.
Sabio a medias ha de ser cada uno,
nunca sabio en exceso;
su destino nadie lo prevea,
y su alma no tendrá penas.
La antorcha de antorcha arde hasta quemarse,
la llama prende en la llama;
el hombre al hombre conoce por sus palabras,
por sus simplezas al simple. "